Fácil

por Corrás

Hace años, cuando empecé a trabajar en labores relacionadas con el diseño gráfico, me atraía la idea de aprovechar el potencial de los ordenadores para paliar mi escasa formación artística.

Enseguida comprobé que la posibilidad de expresar tus gustos gráficamente iba íntimamente ligada a la pericia en el manejo del software especializado en diseño 2D, 3D, animación, vídeo, retoque fotográfico, etc…

Cuando la parte gráfica empezó a estar al alcance de cualquiera con un poco de interés, se extendió el uso de cliparts y fotografías de agencia que en cambiaban la necesidad de hacer por escoger.

Con la llegada de internet y las aplicaciones interactivas, seguías dependiendo de alguien con una buena base de programación para realizar encargos complejos, pero enseguida surgieron y evolucionaron herramientas de autor, CMS, blog, foros, e-learning que otra vez evitaban esa dependencia.

En los últimos años una de las experiencias más gratificantes ha sido ver como la fotografía digital reducía las interminables jornadas de ensayo-error-acierto-estudio ha la comprobación instantánea del resultado de abrir diafragma para desenfocar el fondo, cerrar para ganar profundidad de campo volviendo inteligibles los esotéricos términos fotográficos.

Esta revolución ha estado íntimamente ligada a internet, que poco a poco ha substituido la necesidad de recurrir a literatura especializada, por la comodidad de consultar desde lo banal a lo descabellado con un simple click.

La situación actual es que no necesitas saber dibujar para diseñar, programar para realizar proyectos de programación, haber positivado un negativo para hacer buenas fotografías y lo mismo ocurre con la música (no necesitas un estudio para grabar una maqueta), el cine, etc… además de disponer de acceso ilimitado al conocimiento y la experiencia de otras personas con más conocimientos, e infinidad de recursos para interactuar con ellas.

Lamentablemente esta nueva situación no se traduce en más creatividad, el que sea más fácil que nunca acceder a los medios de producción y difusión simplemente está extendiendo la mierda como un ventilador en una porqueriza.

Probablemente todo se reduce a que con facilidades o sin ellas la calidad es proporcional al esfuerzo, y en la pesadilla diaria por sobrevivir lo primero que escatimamos es la dedicación a las tareas más importantes, nos cargamos más y más con infinidad de compromisos triviales y agradecemos a los nuevos medios la cantidad de tiempo que podemos ahorrar vivir para dedicarlo a aparentar que vivimos.