Corrás y amigos

El cambio climático poco tiene ya que ver con el clima, se ha convertido en un fenómeno paranormal con entidad propia. Para los gobernantes es el chupacabras, ser esquivo en el que no merece la pena creer. Para los ecologistas es el hombre del saco, que vendrá de noche a robar el futuro de nuestros hijos, pero de adultos tendemos a crer poco en él.

Para bien o para mal entre los que dicen que les preocupa y no hacen nada y los que alborotan y no les preocupa, estamos los demás:

LOS NO-PRACTICANTES, concepto irreal pero muy popular que permite defender unilateralmente ó simultáneamente  A y B, sin sonrojarnos al explicar por que no hacemos nada al respecto o aún peor, por qué nuestros actos contradicen nuestras palabras.

Precisamente por lo extendido del concepto y al haberse permeado a la religión, la política, etc…, es lógico que el clima termine siendo la última de nuestras preocupaciones y sigamos sin hacer nada…