Mucho ruido y pocas nueces

por Corrás

PerroflautaLa revolución de los perroflautas, que algunos iluminados pretendieron comparar con las movilizaciones del mundo árabe, se ha saldado con un incremento en la participación electoral, un bipartidismo todavía más acusado y un incremento espectacular en ayuntamientos y comunidades autónomas de los gobiernos por mayoría absoluta.

Dejando al margen que estas mayorías absolutas sean del PP (se supone que los perroflautas no tienen color político ni sexualidad definida…), ni en los más acalorados sueños húmedos de Espe y Gangoso se atrevían a imaginar un escenario tan favorable después de las elecciones.

Llama la atención que dentro de esta vorágine electoral hayan salido reforzados personajes como los peperos valencianos que vendrían a ser la imagen más clara de aquello que estos días indignó primero a las masas y después los puso en la calle.

Ya olía a chamusquina cuando en las entrevistas callejeras, los participantes en las protestas dejaban clara su intención de votar, de conseguir que el sistema cambie sin cambiar de sistema, sin exigir responsabilidades a ningún político, salvo a Zapatero, que se ha quedado sólo comiéndose los mocos.

Por cómo ha ido todo hay que concluir que los desmanes de la banca, el paro, la falta de ayudas, los proyectos para privatizar la educación, el implantar un co-pago en la Sanidad pública, etc. son planes exclusivos del PSOE y en los próximos años, sobre todo cuando Gangoso llegue a la Moncloa, el PP cambiará de rumbo.

Amigos perroflautas, sería condescendiente decir que yo también he sido gilipollas, voy a ir aún más allá: sigo siéndolo, pero a estas alturas si algo huele a y parece mierda, acepto que lo sea, y si un sistema legitimado por las urnas huele a y parece mierda, no voy corriendo a votar, tiro de la cadena de la cisterna.