Planilandia: Una novela de muchas dimensiones

por Corrás

FlatlandUn auténtico perro verde, el equivalente literario a los grabados de M. C. Escher.

El autor, narrando en primera persona como A. Square (un cuadrado), habitante de un mundo delimitado por 4 puntos, describe sus sueños con el mundo puntual, el delimitado por 2 puntos y el que nos resulta más reconocible delimitado por 8, las tres dimensiones, para seguir teorizando con las n dimensiones.

Es llamativo teniendo en cuenta que la escribió en 1884 el eclesiástico inglés Edwin A. Abbott, y que no se limita a explicar nociones de geometría y aritmética:

Habla de la intolerancia, la fe, la enseñanza, la discriminación, el desprecio a las mujeres, los derechos de nacimiento, la pureza étnica, la lucha de clases, etc.. etc…

Todo esto en un librito de poco más de 60 páginas que se lee casi del tirón y que de tan ajustado, no tiene desperdicio.

Durante su lectura es fácil sentir cierta cercanía con el autor gracias a la facultad que poseen ciertas obras de perdurar a través del tiempo (la quinta dimensión), pareciendo natural discutir con el autor  sobre su obra en Altamira, Guizé, Roma o la Inglaterra victoriana.

En definitiva, una novela de muchas dimensiones con infinitas lecturas, cuya recomendación he de agradecer a un amigo italiano que ya me hizo disfrutar con El tío Petros y la conjetura de Goldbach y que tuve el placer de conocer en la mejor heladería de Menorca: El Cucurucho en Arenal d’en Castell.