Mientras escribo

por Corrás

Stephen King siempre me ha parecido un escritor irregular, no porque considere que tenga carencias escribiendo, sino porque salto de novelas que me atrapan de principio a fin a otras en las que no consigo entrar, probablemente el irregular soy yo… Aun así son tantos los relatos y novelas que ha escrito, que muchas me han atrapado.

Tenía ganas de leer este ensayo (me ahorraré la crítica porque he encontrado una muy buena) porque como todo lector asiduo, en algún momento sientes la curiosidad de saber cómo es por dentro el proceso de escribir, y la mayoría de literatura dedicada a la cuestión la encuentro tediosa.

Irregular o no, Stephen King es un escritor vocacional, prolífico y de éxito y aunque no exista una receta mágica para convertirse en novelista, es una voz autorizada sobre el proceso de narrar historias sobre papel y merecen una lectura sus reflexiones sobre el hábito de escribir.

Ese hábito, esas horas diarias dedicadas a leer y a escribir, son lo primero para poder plantearse contar historias, si no soy capaz de sacar tiempo cada día para escribir algo en el blog, tener recursos para plasmar ideas graciosas o serias, coger soltura para que deje de ser un parto doloroso escribir cuatro párrafos, está claro que no se pueden abordar mayores empresas.

Tampoco es que vea un futuro como novelista, pero sí me veo disfrutando a diario de compartir cualquier cosa con el que se acerque a leer o a dejar una colaboración (incluso pulsando el botón de las donaciones).

Y es la única forma de evitar que muchos libros, hardware informático del que disfruto a diario, accesorios fotográficos y tantas otras cosas, se queden en el tintero.

Espero ser capaz en los próximos meses, tanto aquí como en ceibe.com, de incrementar el número de entradas y comenzar con otros proyectos relacionados con internet que continuamente quedan relegados a una mejor ocasión.